El pastor distraido

William Holman Hunt

La dama de Shalott

John Waterhouse

Ofelia

John Millais

miércoles, 21 de marzo de 2012

La lujuria de los ojos

El año pasado, en la clase sobre los prerrafaelistas que dimos en Historia del Arte hablamos muy por encima de la literatura que giraba en torno al grupo. También comentamos la anécdota de que Rossetti enterró su libro de poemas tras el fallecimiento por suicidio de su esposa Elizabeth Eleanor Siddal (que desenterró un año más tarde). Como testimonio de las sucesivas infidelidades que su marido cometía, y quiza como anticipo de la deterrminación que Elizabeth ya había tomado, dejó este poema que reproduzco en su traducción y luego el original.



La Lujuria de sus ojos

No rezo por el alma de mi Dama,
aunque antaño haya adorado su sonrisa;
Su destino final no me atormenta,
ni cuándo su belleza perderá su encanto.

Sólo me siento a los pies de mi Dama,
mirando fijo sus ojos salvajes,
sonriendo al pensar cómo mi amor huirá
cuando su radiante belleza muera.

No me atribulan las plegarias de mi Dama,
pues sordo yace nuestro Padre en el cielo.
Mi corazón late con alegre melodía
al sentir que su amor me ha sido otorgado.

Entonces, quién cerrará los ojos de mi Dama?
Quién doblará sus frágiles manos?
Alguien la asistirá cuando sus ojos lluevan,
mientras, silenciosa, camine hacia las Tierras Desconocidas?



The Lust of the Eyes

I care not for my Lady’s soul
Though I worship before her smile;
I care not where be my Lady’s goal
When her beauty shall lose its wile.

Low sit I down at my Lady’s feet
Gazing through her wild eyes
Smiling to think how my love will fleet
When their starlike beauty dies.

I care not if my Lady pray
To our Father which is in Heaven
But for joy my heart’s quick pulses play
For to me her love is given.

Then who shall close my Lady’s eyes
And who shall fold her hands?
Will any hearken if she cries
Up to the unknown lands?


Elizabeth Elenor Siddal

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