viernes, 4 de noviembre de 2011

Ofelia


La muerte joven de una bella e inocente doncella siempre ha sido tema de la literatura medieval. Shakespeare, que sabía hacer buen uso de estas leyendas, crea en Hamlet a la inmortal Ofelia que se suicidara al enterarse de que su padre había muerto por error en manos de su amado. Millais retrató el momento en una pintura que mide 76 x 112 cm. Una anécdota corre en torno a la producción de la Ofelia es que para pintar el cuerpo ahogado en el retrato, la modelo Elizabeth Siddal se sumergía en una bañera con agua que era entibiada por velas. Esta experiencia se realizó durante los casi cuatro meses de invierno; la modelo se enfermó gravemente  de  neumonía y casi se muere. Millais fue demandado por el padre de Elizabeth y obligado a pagar un dinero en resarcimiento.
Uno de los detalles en el que el artista puso mayor atención fue en la selección de las flores representadas y el tratamiento vivo de los colores de las mismas, en contraste con la palidez de la muerte. Además, estas flores coinciden con las recogidas por el personaje de la obra de Shakespeare. El brillo que se observa en el cuerpo de la joven ahogada es el resultado de la técnica prerrafaelista de aplicar los colores sobre una capa blanca. Como el resto de la hermandad, representaba la realidad en su cuadro con la mayor minuciosidad y mimesis posible, algo que logró con bastante más talento que cualquier de sus compañeros.  La obra fue presentada en 1853 y bien recibida por la crítica.

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